Piel sensible

Expuesta piel sensible,
blanca, aterciopelada, 
sin presagiar nada, fuiste
por fuera y dentro tocada.
Te envolvió el aire triste
la soledad obligada,
sintiendo un dolor profundo
que te llegó a lo profundo del alma.
Y no pudiste hacer nada
ni lágrimas envenenadas,
ni cariño, ni palabras.
Ni lamentos, ni rezos,
ni manos amigas cercanas.
En lo que dura un suspiro
se marchitó tu mirada,
débil, sin fuerza y apagada,
tu luz al minuto, se envenenaba.
No existen corazas de hierro
ni fuerza humana que pueda pararla,
el arrebato de la tierra se hizo dueño
del mundanal ruido, porque no aguantaba.
Había gritado desde hace tiempo
y nadie creyó escuchar nada,
pero su brazo poderoso levantó
y arrasó por donde pasaba.
Con su furia silenciosa consiguió
que la vida se parara.
Se escuchara a las aves,
las cascadas y las aguas.
Se detuvo el tiempo y brilló el sol.
Salió la luna y se contempló.
Brillaron las nubes ocultas,
bajo mantas de humo y hormigón.
Aterrados como nunca, 
de repente, prestamos atención.
Se dio la vuelta nuestro mundo
poniendo orden, al caos sin solución.
Mientras el tiempo parecía no correr,
deseábamos que fuera deprisa,
y se tomaba su tiempo, tranquilo
desvaneciéndose entre llantos y risas.
De nada servía el dinero,
el poder, la convicción
pues nadie estaba exento,
de aprender bien la lección.
Recordarás piel herida
que siempre tuve el poder,
que si tu rendición aceptas noble,
para la historia quedará este saber.


Poesía escrita el 23 Marzo 2020, durante mi enfermedad en la cuarentena de la pandemia mundial.
Dedicada a la Tierra.