Cuarenta días de cuarentena

A pesar de ser un día festivo en nuestra comunidad, seguimos encerrados en casa, deseando recibir buenas noticias por parte de las autoridades, en todo lo que concierne a la cuarentena a la que estamos sometidos.

Esta mañana he recibido un paquete. Es un grifo para la cocina. El que hay, está obstruido y el monomando está atascado. Mañana tengo la tarea preparada. Cambiaré el grifo de la cocina. Solo espero que no me encuentre con ningún imprevisto. De nuevo, es algo que no he hecho nunca. Pero siempre, hay una primera vez.

Me gustan los retos

Tiempo atrás, entendí, que solo yo era el impedimento para no atreverme a hacer ciertas cosas. No sabes lo que eres capaz de hacer, hasta que no te pones a ello.

Decidí hace tiempo que intentaría no decir a nada, que NO. Pretendo cumplirlo en la mayor parte de las ocasiones. Creo que todo son experiencias y aprendizajes. Necesito probarme, y ver qué soy capaz de hacer y si no, sabré cuáles son mis limitaciones.

Como ya os comenté, en alguna de mis publicaciones anteriores, me propuse cambiar todos los halógenos de los dos baños, por luces leds. Nunca lo había hecho, y en cierto modo, porque me aterra la electricidad. Por desgracia, mi padre falleció por culpa de un accidente laboral, y la causa fue la electricidad.

Después de ver unos cuantos tutoriales y quedarme claro, pensé que debía hacerlo. Estaba preparada e ilusionada. Cambié ocho lámparas halógenas. Cuando conecté la luz y vi que funcionaba, me sentí más que bien, satisfecha y con un reto y un miedo más, superado.

Por la tarde en los aplausos

Y tras la exposición de mis creencias, os diré que por la tarde y siendo el Día de la comunidad, Día del libro, Día de San Jorge, como no podía ser de otra manera, terminamos bailando unas jotas en la terraza, cuando finalizaron los aplausos. Había una gran algarabía en las ventanas y balcones. Era agradable oír los ecos de algunas voces, los sonidos de instrumentos tradicionales y sobre todo, sentir la unión y la fuerza de las personas, que día a día, nos encontramos en las ventanas para seguir manteniendo los ánimos tras cuarenta días de cuarentena.