DÍA CUADRAGÉSIMO TERCERO. Domingo 26 de Abril
Los niños pueden comenzar a salir a la calle
Parece que se ha pensado en los pequeños y las consecuencias de estar durante más de cuarenta días encerrados en casa. Hoy domingo, ante las medidas adoptadas por el gobierno, los niños pueden comenzar a salir a la calle. Menores de catorce años, acompañados por un adulto. Podrían pasear, respetando la distancia social y durante una hora, en el entorno de sus casas.
Sinceramente, no sé cómo funcionará esta medida. Imagino que es algo estresante correr detrás de algunos pequeños que se lanzarán al parque en cuento lo hayan visto. Quizá a los mayores, les resulte más difícil encontrarse con sus amigos, y no poder ir a abrazarles, después de tantos días encerrados. Probablemente, habrá que esperar y ver cómo funciona la nueva medida del gobierno.
En mi casa, en mi edificio, se ha instaurado otra magnífica medida
Aquí en mi casa, en mi edificio, se ha instaurado otra magnífica medida, que todos siguen a raja tabla. Mi madre llevaba días pensando en sus vecinos y que el hecho de estar encerrados, no significaba que no se pudieran comunica e interesarse por cómo estaban unos y otros. Ella encontró una solución.
Hace unos días, mientras yo estaba en mi habitación, la escuché dar un vocinazo por la ventana. No sabía muy bien por dónde venían los tiros. Me levanté y fui hacia otra de las habitaciones, la que da al patio interior. Allí estaba, con la ventana abierta y poniendo en marcha la medida que se ha instaurado desde ese día.
Los llamó gritando por la ventana, y preguntando: «¿vecinos, cómo estáis?»
Al oírla, salieron varios de ellos a las ventanas y comenzó una algarabía inusual. Se escucharon palabras de agradecimiento hacia mi madre, por haber tomado la iniciativa. Comprendieron que, aunque estaban encerrados y no podían hacer vida social, sí podían encontrarse y saludarse y charlar durante unos minutos, sin saltarse ninguna orden.
Desde hace una semana, quedan a una hora fija, al mediodía. Se asoman, se llaman y se saludan. Se preguntan unos a otros cómo están o qué tal pasaron el día. Conversan o ríen sobre algunos comentarios y pasados unos minutos, todo vuelve a la normalidad.