Cuadro pintado por EveMoonBlue durante la cuarentena en la pandemia de 2020
CON CLASE,  CREATIVO,  CUARENTENA,  MÚSICA,  OTROS,  SER O NO SER

DÍA NOVENO. Lunes 23 de Marzo. 22:49h

Otro día más, o quizá otro menos de aislamiento.

Me levanté de nuevo descansada y me sentía mejor. Desayuno y limpieza desinfectante en la casa, repartiendo espacios con mi madre para salvaguardar los cuidados.

Interrumpí el momento porque me apeteció cantar, en realidad me está faltando un puñetero micrófono, porque aunque casi no tengo voz por la congestión, necesito cantar a grito pelado, para mí, y para quien quiera escucharme.

Puse unas pistas en el móvil, que preparé para el Día de la Música y a cantar. Me fallan las cuerdas vocales aún, pero poco a poco irán mejorando. Cuando me cansé, seguí con mis tareas.

A primera hora ya había dado el parte

A la doctora que me llama desde el centro de salud, a quien indiqué que estaba bien, y que hasta nueva orden, seguiría pendiente de mí, vía telefónica. También hablé con algunos amigos enviando mi apoyo y deseos de salud.
Me ocurrió algo sorprendente cuando me vestía y me arreglaba, porque trato de mirarme en el espejo y a pesar de todo, verme bien, sentirme bien, aunque esté hecha una piltrafilla, así qué, me maquillo sutilmente y me pongo guapa.

Al coger una de mis colonias favoritas y enredarme en su aroma, de pronto me doy cuenta de que no huele a nada.

Ilusa de mí, pienso que se había evaporado su esencia, con lo cual, me dirijo a coger otro de los frascos que uso y lo extiendo sobre un jersey limpio. Al momento me quedo con cara de idiota intentando oler algo de algo, y nada de nada.

El olfato, me ha desaparecido.

Mi madre se preparó su comida y salió de la cocina, para luego entrar yo y hacer lo mismo. Me llevé una sorpresa al comer.

En el plato había un trozo de tortilla de patata y espárragos con mahonesa y al primer bocado de tortilla, siento una sensación extraña, pero es que, al tomar un trozo de espárrago…me dio lo mismo.

Ni la tortilla, ni los espárragos sabían a nada. Es decir, que hoy he perdido el sentido del olfato y el del gusto, en un dos por uno.

Me flipé tanto que me puse a llorar, me sobrecogió la angustia y empecé a mirar en internet, si tenía algo que ver el estar infectado por coronavirus.

Efectivamente.

Leí varios artículos donde, al parecer, estadísticamente, están verificando que está pasando en un porcentaje de los contagiados. Eso significaba afirmar rotundamente que era, sin duda, aun sin haber hecho test, una contagiada por coronavirus.

Malcomí lo que había en el plato y se me cayó el alma a los pies, preguntándome si volvería tras la recuperación, a sentir igual mi nariz y mi boca.
Quise evadirme del cabreo monumental, y tuve videoconferencia con mi amiga Carmen y luego quise seguir pintando mi cuadro. Trabajé calmada durante la tarde con las sombras y matices del cuadro, con música de piano de fondo que consigue apaciguar mis miedos.

Sólo interrumpí mi concentración, con los aplausos en la terraza, donde me encantaría tener un equipo de música, para poder cantar hasta quedarme sin voz o escuchar a los vecinos que me meta en casa.


Para terminar el día

He logrado escribir la poesía que plasmaré en el cuadro, que ahora más que nunca y por las circunstancias, tendrá una connotación significativa, como no podía ser de otra manera, por el momento en el que será terminado, en el asedio de una pandemia mundial.

Y por si fuera poco, comencé a tener más tos, me dolía la cabeza y sentía los ojos ardiendo.

Soy Asesora de Imagen. Escribo Relatos y Poesía, Creo mis temas Musicales y soy apasionada de la Fotografía. Estos son mis recursos para compartir experiencias y vivencias cotidianas.

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