A cada paso que doy sigo avanzando y no llego. Martes 5 de Mayo. Día 52
Cada paso que doy, sigue al que he dado.
No quiero mirar atrás, quiero seguir avanzando.
Concentrada y respirando, sin dejar de pensar.
Enredada en mis pensamientos
poco a poco se escapa el tiempo.
Ese tiempo eterno que no te veo.
Sigo andando, respirando,
el sonido me acompaña
y me encierra en mis adentros.
Sigo avanzando y no llego.
Quiero correr y no puedo.
Me duelen las piernas, me falta el aliento.
Tantos días sin verte, me matan por dentro.
Escucho y me calmo, respiro y me siento.
Son ya diez mil pasos, pero avanzo y no llego.
Me envuelve el aroma de los abetos,
las margaritas, los setos.
Me duelen los pies y no me concentro.
Ni en los aromas, ni en mis pensamientos.
¡Qué frágil me siento!
Parece que me parto en mil pedazos,
si en un momento te pienso
y se me inundan los ojos,
por saber que no te tengo.
A cada paso que doy,
sigo avanzando, y no llego.
El tiempo no se detiene,
pero se ha vuelto molesto, largo e incierto.
Y a la vuelta, respiro y tomo aliento
quiero avanzar y no llego.
Me invaden los recuerdos, los momentos.
Esos momentos que espero
que se repitan de nuevo.
Acelero el paso, a ver si pasa el tiempo.
Es un quiero y no puedo
en estos días de asedio
en los que manda el corazón,
pero lo mata el cerebro.